La cuna de la Patagonia - San Julián, Santa Cruz - Argentina
Un paseo por este tranquilo pueblo costero de Santa Cruz, donde se hunden las raíces de la historia patagónica. Hogar de una riquísima fauna marítima, San Julián conserva la memoria de Magallanes e invita a descubrir bellísimas playas, islas vírgenes y leyendas de navegantes
La primera vez que oí hablar de San Julián fue en clase de geografía en el primario, cuando conocí “El Gran Bajo de San Julián”, la mayor depresión de América. Tanto me impresionó la existencia de un lugar bajo el nivel del mar que nunca más olvidé el nombre. El Gran Bajo es una cuenca endorreica (un bajo sin salida) situada 50 kilómetros al sur de Puerto San Julián. Su punto más bajo está en la Laguna de Carbón, a 105 metros bajo el nivel del mar. Este sitio es de gran interés paleontológico por la gran cantidad de fósiles, y para observarlo hay un mirador sobre la RN 3.
Para llegar a San Julián hay que desviarse 3 kilómetros de la RN 3, la gran columna vertebral de la costa patagónica, y llegar a la margen oriental de la bahía homónima que se extiende a lo largo de 15 kilómetros. Esta apacible y amable localidad de 10 mil habitantes fue durante la guerra de Malvinas una importante base aérea, de la cual aún quedan vivos recuerdos en la gente y monumentos como el Mirage Dagger de la Plazoleta Héroes de Malvinas.
La gran riqueza faunística de la región propició la creación de la Reserva Natural Península de San Julián, que preserva los animales y los ambientes costeros sobre una superficie de 10 mil hectáreas. Aquí conviven, entre otras especies, pingüinos de Magallanes, varios tipos de cormoranes, choiques, zorros grises y colorados, piches (mulitas) y guanacos. Además, a 23 kilómetros del pueblo, cerca de la Playa La Mina, hay un asentamiento no reproductivo de lobos marinos sudamericanos.
Antes y después de Magallanes
No se puede hablar del pasado de San Julián sin mencionar la huella dejada en 1520 por Hernando de Magallanes, que había propuesto a España alcanzar las Indias bordeando el extremo sur de América. El navegante portugués zarpó de Sevilla con cinco naos, en agosto de 1519, buscando unir el Atlántico y el Pacífico. Luego de varios meses ancló, el 31 de marzo de 1520, en el actual Puerto San Julián. Llegaba el invierno y decidió permanecer allí hasta que mejorara el clima. Y fue en este abrigado puerto donde nació la leyenda del gigantismo de los “Patagones”, leyenda que dio el nombre a la Patagonia. Magallanes se sorprendió tanto por el tamaño y fuerza de los nativos que los llamó “Patagones”, término que se dice provendría de la novela de caballería Las aventuras del caballero de Primaleón. En la obra, tal caballero navega a una lejana isla donde vive el monstruo “Gran Patagón”. A partir de entonces, el cronista de la expedición, Antonio Pigafetta, llamó a esta zona “Regione Patagonia”.
Aquí ocurrieron varios hechos significativos. El cerro de 300 metros que surge en las afueras de San Julián fue bautizado “Montecristo”, y allí en la cima Magallanes clavó una cruz reafirmando la fe cristiana y tomando posesión en nombre del rey de España. Hoy se levanta en ese lugar el Via Lucis, versión del tradicional Via Crucis que muestra la resurrección de Cristo, su encuentro con los apóstoles y la ascensión al cielo. Desde la cima hay una gran panorámica de la bahía, el pueblo y las playas. Pero también se celebró en San Julián la primera misa en suelo argentino, el 1o de abril de 1520, y hubo un sangriento motín. En la madrugada del 2 de abril, Juan de Cartagena, Gaspar de Quesada y treinta hombres controlaron tres naos; sin embargo, pronto Magallanes las recuperó e impuso un duro castigo. Uno de los capitanes fue decapitado y descuartizado, mientras el otro fue abandonado, junto al sacerdote de la flota, en la playa de la actual Isla Justicia, con mínimas provisiones.
Tras cinco meses, los navegantes abandonaron San Julián rumbo al sur para seguir su vuelta al mundo: pero Magallanes murió en las Filipinas, y sólo regresó a España la Nao Victoria con 18 hombres al mando de Elcano. Como homenaje a dicha nave, y para mantener vivo el pasado magallánico en San Julián, se creó el Museo Temático de la Nao Victoria, con una réplica a escala real de la embarcación. La atractiva nave –paseo ideal para niños y adultos– está en la costanera, al final de la avenida principal. Se puede subir a cubierta, bajar a la bodega y caminar entre las figuras de algunos de los personajes de la flota magallánica. El ambiente es más bien oscuro y una voz en off relata las aventuras de los intrépidos navegantes. La escenografía, impecable, incluye reproducciones de objetos de uso diario, instrumentos de navegación y artillería.
San Julián está a tres kilómetros de la RN 3 - 350 kilómetros al sur de Caleta Olivia y 360 al norte de Río Gallegos.
Por Mariana Lafont - pagina12.com.ar
octubre 21, 2009
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