noviembre 16, 2009

Chile bajo el Imperio de los Inkas

El Museo Chileno de Arte Precolombino junto a Minera Escondida, operada por BHP Billiton y el Departamento de Cultura del Ministerio de Relaciones Exteriores, presentan la exposición “CHILE BAJO EL IMPERIO DE LOS INKAS”
El “Museo de Arte Precolombino” el 6 de noviembre abrió la exposición “Chile bajo en imperio de los Inkas”. La muestra estará centrada en el período en que Chile formó parte del Tawantisuyu, el más grande Imperio indígena de América, que abarcó 5 mil kilómetros de largo desde el sur de Colombia hasta Chile central.

Durante siglo XV d.c Topa Inka Yupanqui conquistó el territorio actualmente ocupado por Chile. Desde esa fecha y hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI, nuestros ancestros fueron gobernados por otros importantes líderes Incas.
Los Incas dejaron huella en el lenguaje y territorio chileno, demostrando su amplia dominación en nuestro patrimonio. En un esfuerzo por mostrar al público que el mundo precolombino no se terminó, sino que continúa, se ha montado esta enorme producción donde han trabajado más de treinta personas, entre ellas, arqueólogos, arquitectos, especialistas en documentales, periodistas, montajistas, ilustradores, expertos en conservación de metales, textiles y piedra.
En la muestra colaboraron diversas instituciones de Perú y de Chile que reconocen que ambas naciones comparten un legado prehispánico común que es necesario difundir en exposiciones como ésta.

Las extraordinarias piezas provienen de las colecciones del Museo Nacional de Antropología, Arqueología, e Historia del Perú, del Museo Larco - Lima, del Perú y de otra decena de instituciones culturales de Chile, entre éstas, el Museo Nacional de Historia Natural, el Museo del Padre Le Paige, el Museo Arqueológico San Miguel de Azapa, Museo Regional de Atacama, Museo Arqueológico de La Serena, Museo del Limarí, Museo Nacional de Historia Natural, Museo arqueológico de Santiago, Museo Andino, Museo Regional de Rancagua y Museo de Colchagua.

Este gran montaje da a conocer los principales logros de los Incas en el Norte Grande, el Norte Chico y la Zona Central, pero, a la vez, hacer entender que la construcción de Chile como país que fue y seguirá siendo obra de todos aquellos que llegaron, unos antes y otros después, para quedarse en esta larga y angosta faja de tierra.
El visitante podrá apreciar las profundas huellas culturales que dejaron los Incas en ocho regiones del país, desde Arica hasta Rancagua. Se expondrán esculturas, cántaros fabricados en cerámica con una iconografía de diseños geométricos típicos de la cultura inca; maquetas arquitectónicas hechas en piedra; discos, tocados, espejos, orejeras, brazaletes y aros elaborados en plata y oro y muchos tejidos especialmente unkus o camisas usadas por las clases privilegiadas de los incas.
En tres salas de exhibición se mostrarán importantes santuarios de altura ubicados en nuestro país, hitos de arquitectura emblemática, caminos, cerámica, textilería, minería y metalurgia.

EL INKA EN CHILE
Existe controversia acerca de cuáles gobernantes conquistaron nuestro país. La mayoría concuerda en que el décimo Inka, Topa Yupanqui, hizo la mayor parte del trabajo, pero varios autores le conceden algún crédito a su padre, Pachakuti Inka, el gran reformador del Estado Inka. Incluso algunos le atribuyen ciertas conquistas al antecesor de éste, Viracocha.
Una participación importante le cupo también al décimo primer Inka, Huayna Capac, quien inicialmente parece haber actuado en Chile como general para su padre, Topa Yupanqui, y luego como gobernante en algunas campañas de reconquista. A la muerte de Huayna Capac, Chile fue gobernado por un corto tiempo por su hijo Huáscar y después de la derrota de éste en una guerra civil por la sucesión, por su hermano Atahualpa, el último de los soberanos incaicos prehispánicos.
Hay que decir, sin embargo, que éste no alcanzó a coronarse con la mascaypacha o insignia real. En 1532 Francisco Pizarro se cruzó en su camino en Cajamarca, cuando iba camino al Cuzco para ser investido como el Sapa Inka.

Se han propuesto varias explicaciones acerca de porqué los inkas necesitaban expandirse continuamente. Una de las más populares es la que conecta esta verdadera compulsión conquistadora con la así llamada “herencia dividida”. Cuando un Inka moría, su linaje real heredaba todas las tierras conquistadas durante su reinado. Su sucesor, en cambio, heredaba únicamente el ejército. Con ese poderoso instrumento, el nuevo Inka o “Sapa Inka” debía formar su propia hacienda. De ahí el imperativo de anexar nuevas tierras y gentes.

Para controlar y administrar los territorios anexados al Tawantinsuyu, los inkas construyeron una red de caminos calculada hoy en día en alrededor de 33 mil kilómetros de extensión. Por ella circulaban tropas, caravanas cargadas con productos y personas enviadas a lugares lejanos para trabajar para la administración inkaica. Algunos tramos en Ecuador, Perú y Bolivia consisten en amplias calzadas empedradas, con banquinas, caminos colaterales, muros en los costados, enrasamientos, adoquinados o emplantillados, puentes, túneles, sistemas de drenaje y anchuras que oscilan entre 6 y 16 metros. Es destacable también la extraordinaria rectitud de estas arterias. Sólo la pierden cuando deben superar accidentes naturales de alguna importancia. En el siglo XVI no había nada similar en Europa, únicamente el viejo recuerdo de la caminería del Imperio Romano.
Más informaciones en: www.precolombino.cl
Por Marcela Piña Fuente: elnortero.cl

1 comentario:

Jorge B. Hoyos Ty. dijo...

Los Incas fueron la unidad político económica de muchos pueblos con lenguas diferentes inclusive; ensamble envidiable para los países actuales involucrados: Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. No debería ser utópico pero esta magnífica-plausible muestra tendría que servir para acicatear el acercamiento, comprensión y cooperación entre tales naciones en sus construcciones actuales y futuras, reconociendo sus sólidas y profundas raíces comunes. Atentamente Ing. Jorge B. Hoyos Ty. ainda@netverk.com.ar – La Plata, Argentina